martes, 5 de junio de 2007

El Hipopótamo

El nombre del más corpulento y macizo de todos los artiodáctilos, el HIPOPÓTAMO (Hippopotamus amphibius) no es más que la traducción literal del antiguo término "caballo de río", con el que los griegos designaban a este poderoso animal. Los árabes lo llamaban "búfalo de agua" y los antiguos egipcios "cerdo de río".
En primer lugar, el hipopótamo se diferencia de los restantes mamíferos por la cabeza, que tiene una forma casi cuadrada, con orejas y ojos minúsculos y grandes narices oblicuas y arqueadas; la nariz y los otros órganos sensoriales constituyen los puntos más elevados de una superficie en la que la frente y la región facial se hunden, formando una concavidad. El cuello es corto y robusto; el cuerpo alargado y enormemente grueso, con el dorso más elevado en la grupa que en la cruz y hundido en la parte central; el vientre amplio y redondeado, es colgante y llega a rozar el suelo cuando el animal camina por un terreno pantanoso. La cola es corta y delgada. Extraordinariamente cortas e informes son las patas, con los pies anchos, provistos de cuatro pesuños, y los dedos dirigidos hacia delante y unidos entre sí por membranas natatorias. En la punta de la cola aparecen unas cortas cerdas, semejantes a alambres; el resto del cuerpo está casi completamente desnudo, ya que sobre la piel, de más de 2 cm de espesor, con pliegues en el pecho y en el cuello, sólo se aprecian algunos pelos cerdosos. Los surcos de la piel, entrecruzándose entre sí, hacen que ésta aparezca como dividida en zonas de distintos tamaños, de color castaño rojizo muy oscuro en la parte superior del cuerpo y castaño purpúreo claro en la inferior. Numerosas manchas castañas y azuladas, dispuestas con bastante regularidad, dan al conjunto un color muy vivo, que al quedar expuesto directamente a los rayos del sol adquiere un matiz gris azulado.
Los caninos de la mandíbula inferior tienen la apariencia de dos gigantescos colmillos, que a veces pueden superar la longitud de 50 cm y alcanzar un peso de 4 kg; son triangulares, curvados en forma de media luna, romos en su extremo y provistos de surcos longitudinales. Los colmillos de la mandíbula superior son mucho más cortos y débiles, y también curvados y romos en su extremo. Entre las peculiaridades del hipopótamo hay que señalar también su estómago, dividido en tres porciones o cámaras.
Hoy día es preciso internarse mucho en África central para encontrar hipopótamos: incluso los que vivían en el Nilo han sido desplazados poco a poco hacia el centro del continente, es decir, hacia las fuentes del gran río. Actualmente, habiendo desaparecido del todo de Egipto y de Nubia, el hipopótamo se encuentra distribuido irregularmente desde el alto Nilo hasta el Congo y Gambia y, hacia el sur, en varias zonas de África centromeridional. En los ríos, donde el nivel del agua varía con las estaciones, lleva una vida nómada: al descender el caudal se encamina, en manadas, curso abajo, hacia la desembocadura; en cambio, cuando las lluvias lo aumentan, el hipopótamo se remonta hacia las fuentes.
Este animal se halla vinculado al agua más que ningún otro paquidermo y sólo se aparta de ella en raras ocasiones, cuando realmente se ve forzado a ello, por ejemplo, cuando en el río escasean las plantas que constituyen su sustento; entonces el hipopótamo se adentra en el bosque en busca de comida. Generalmente lo hace por la noche, pero algunas veces también suele hacerlo de día. Cuando sube a la orilla, sólo ha de recorrer un breve trecho para encontrarse en el interior de la selva.

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